OBRA

 

LO MÁS CERCA QUE ESTUVE DEL PARAÍSO

 

Éste conjunto de fotografías que nos ofrece García-Alix es fruto de innumerables estancias que el artista ha realizado a lo largo de los años en las Islas Baleares. Su primer viaje a Ibiza fue en el verano de 1974, pero sus primeros negativos de la isla datan de 1981. No es hasta 1989 cuando visita por primera vez Formentera. Desde entonces hasta la actualidad, esta isla vuelve recurrentemente a su vida, y por tanto a su obra. Una sensación de libertad, un hedonismo que impregna las imágenes que llegan a nosotros a través del filtro de su mirada. Una tensión que nos atrapa y nos envuelve en la creación de otra realidad, un misterio que nos traslada a otra isla, la que García-Alix construye con sus imágenes: niños que miran como adultos, adultos transformados en arquitecturas, arquitecturas como retratos. Todo ello enmarcado en una naturaleza que a través de sus ojos se vuelve salvaje.

 

Una melodía de sonidos se hace oír cuando desde la distancia recuerdo las Baleares. Si cierro los ojos, el sol del verano, su luz, es la primera nota visible. La segunda, el mar. Azul infinito, verdoso, una caricia, luego, otras notas en crescendo, sobre ellas cabalga mi juventud. La libertad. El placer.

 

En este fondo sonoro nada mi memoria.

(…)

Fue la vida, esos mas de veinte años que se estiran como un fuelle ante mis ojos y se dejan ver.  Esa sinfonía de viento y agua… olas donde mirar el eco de otros veranos. Un verano infinito. 

Por eso, volveré siempre a Formentera como un  hijo pródigo necesitado de paz y de sol para alimentar sus sentidos.